La vida, es un puzzle hecho con las piezas de nuestras
decisiones.
Vivir requiere de paciencia, de extraerle el jugo a los días, de
conocerse a uno mismo y convencerse de que todo pasa por algo. Vivir es diseñar
un boceto de creencias y rellenarlo con verdades empíricas. Vivir es aprender a escoger las fichas que mejor te definan, es
poner tus valores como límite, es ser autosuficiente y aprender a que la
independencia puede ser sinónimo de contigo.
Vivir es ser libre, es tener
capacidad de elección, es no esperar nada a cambio, es recalcular la ruta tantas veces como quieras, es
aceptarte y quererte único, es permitirse el lujo necesario de equivocarse. Vivir, es sinónimo de justicia.
Vivir es cuestionarse a uno mismo y a los demás, es aprender a
decir que no. Vivir es ser valiente, es tomar decisiones, es no temer a las
despedidas, es hacer borrón y cuenta nueva, es hacer todo lo posible.
Vivir es madurar a tu ritmo, es regar tus virtudes y corregir tus
defectos, es reescribir tu historia tantas veces como quieras, es aprender a
distinguir entre realidad y ficción.
Vivir es quererte al natural y querer a
los demás por lo que son, no por lo que puedan llegar a ser.
Muchas veces tratamos de encajarnos en piezas, cuyo diseño, aparentemente perfecto, va generando fisuras en nuestros pilares, está en tu
mano aprender a distinguirlas, y rediseñar otras nuevas. Al final, habrás
conseguido la coherencia de una vida motivada por aquello que te hace feliz.