Abrir la ventana y escuchar conversaciones ajenas nunca estuvo bien visto, pero nadie me dijo que ellas me enseñarían un poquito mas acerca de la vida y de sus vaivenes. 

Me sorprende saber que muchas de las preocupaciones que ocupan mas tiempo del que nosotros mismos nos permitiríamos son tan simples que aburren, pero creo que eso es lo que nos engancha, que te dejen el encefalograma plano y  que vacíen tu mente. Por eso mismo somos tan noveleros y tan poco fieles, solemos dejarnos llevar por lo que nos entra por los ojos, admirarlo, desterrarlo y vuelta a empezar. Es como la pescailla que se muerde la cola. ¿Pero quién puede controlar eso? Nadie. Seguiremos mirando, juzgando y despreciando, somos así y aunque algo en nosotros cambie y valoremos como mierda lo material, la naturaleza del ser humano mas que sabia es así, simple, provocadora, consumista y amenazante. Las cosas siempre vuelven a su cauce, podrás librarte de ellas un par de meses, un año, incluso más, quien sabe… pero finalmente el agua volverá a cubrir las grietas que tanto trabajo te costaron cavar.  Sin embargo creo que los retos personales son los que hacen que hoy te sientas mas grande que ayer y mas pequeña que mañana, superarse es la clave del éxito, ¿si no te quieres tú quien lo va a hacer? Pues eso mismo, un poco de amor propio y de abuelas nunca viene mal.

Alicia en el país de las maravillas, hoy mañana y siempre.